martes, 29 de enero de 2013

Hiroshima mon amour


Escrito en sangre
he aqui mi despedida
pues de las agrias lagrimas
quedan ya solo heridas


Danza entre las sombras


un desenfoque sobrio 
una instantánea contrapuesta

ELLA.—.... Cuatro estudiantes esperan juntos una muerte fraternal y legendaria. Los siete brazos del estuario en delta del río Ota se vacían y se llenan a la hora de costumbre, exactamente a las horas de costumbre, de un agua fresca y venenosa, gris o azul según la hora y las estaciones. Por las fangosas orillas, ya no hay gente mirando la lenta subida de la marea en los siete brazos del estuario en delta del río Ota.  
Cesa el tono recitativo.
Las calles de Hiroshima, las calles otra vez. Puentes.
Pasajes cubiertos.
Calles.
Afueras. Raíles.
Trivialidad universal
.

ELLA.— ... Y te encuentro a ti.
Te recuerdo.
¿ Quién eres ?
Me estás matando.
Eres mi vida.
¿Cómo iba yo a imaginarme que esta ciudad estuviera hecha a la medida del amor?
¿Cómo iba a imaginarme que estuvieras hecho a la medida de mi cuerpo mismo?
Me gustas. Qué acontecimiento. Me gustas.
Qué lentitud, de pronto.
Qué dulzura.
Tú no puedes saber.
Me estás matando.
Eres mi vida.
Me estás matando.
Eres mi vida.
Tengo tiempo de sobra.
Te lo ruego.
Devórame.
Defórmame hasta la fealdad.
¿Por qué no tú?
¿Por qué no tú, en esta ciudad y en esta noche tan semejante a las demás que se confunde con ellas?
Te lo ruego... 
HIROSHIMA MON AMOUR
Marguerite Duras