jueves, 1 de septiembre de 2011

¿Que coño ha pasado con el romanticismo?

¿Que coño ha pasado con el romanticismo?
¿Donde quedan todas esas cartas que nos enviábamos?
¿Recuerdas? Colgabas el teléfono y empezabas a escribirle(la) y no había mucho que contar pues acabas de terminar una conversación telefónica de dos horas pero un poco de intelecto, ganas y cariño era lo único que necesitabas.

Y luego llegabas un día a casa, mirabas en el buzón y había algo que no era publicidad o correo bancario. Yo creo que eso es una de las cosas que lo hace más especial, esperas de tal forma que no vayas a encontrar nunca nada interesante ahí que cuando lo haces te da una alegría inesperada.

Quizás las cartas no son más que otro obsequio de amor inventado, letras escritas y tras ello enviadas en un ferviente y febril momento de locura que con el paso del tiempo no significan nada pero nos gusta vivir ese engaño.

Incluso cuando 5 años después recoges tu habitación y empiezas a encontrar esas cartas y leerlas... Un viaje gratuito al pasado feliz o infeliz pero inmaduro que dice mucho más de ti en ocasiones que diarios o textos que escribieras antaño.

La nueva era tecnológica esta matando esto intentando mandar en impulsos electrónicos algo que se le hace grande, demasiado grande, mensajes que apenas significan nada, en los que apenas tienes que perder un minuto para leerlos y que luego posiblemente se perderán para no encontrarlos jamas.

No se, quizá sea un poco tarde para utilizar papel y boli pero incito a que si alguien me lee piense en alguien, amante, amigo, familiar, el que sea y le escriba una carta, y lo pruebe, no pierde nada.

Se que internet no es un buen sitio para ir dejando direcciones pero lo haré solo por una vez, si alguien se atreve aquí dejo también la mía.

C/ Generosidad Nº14 Portal B 2ºA 28041 Madrid